martes, 5 de julio de 2011

¡Squirtle, yo te elijo!

Llueve. Hace unas semanas el calor estaba insoportable, nos encontrábamos a temperaturas demasiado altas para nuestro templado Nogales; cuando salías sentías las ondas de calor que te cocinaban estilo microondas. Después pronosticaron lluvias pero desde el pasado miércoles en la noche solo se nubló el cielo provocando que se sofocara un poco el ambiente a pesar de la agradable brisa que soplaba por momentos. Pero hoy queda oficialmente iniciada la temporada lluviosa, poniendo fin a jodido calor y al sofoco.

Que bonito cuando llueve. No entiendo porque a la mayoría de las personas les desagrada o les deprime la lluvia si es tan agradable. Que maricas.

El domingo fui a comer con René. Quedamos de vernos en el lugar al que siempre vamos por sushi y como me fui con bastante tiempo de mi casa llegué antes, a pesar de que tuve que caminar un poco. Llegué acalorada al lugar y me senté a esperar en las mesitas que tienen afuera, así me daba tiempo de que se me quitara lo rojo de la cara. Detrás de mí llegó un sujeto con pinta de vendedor (chafa) ambulante con una corbata naranja y un saco que le quedaba enorme, casi hasta las rodillas. Entró al local y casi inmediatamente salió y junto con él el encargado de la cocina, el sujeto comenzó a explicarle que tiene el apoyo del "señor gobernador Padrés" para abrir su propio negocio y que anda haciendo encuestas y blablabla... El encargado de la cocina no pareció creer ni una palabra. Fue bastante raro y gracioso.

Probablemente falten muchas tipas a clases hoy. Siempre que llueve es lo mismo, los terroncitos de azúcar no pueden salir de sus casas para ir a clases porque con el agua se deshacen. La mayoría de las que faltan vienen en auto. Que mamonas.

Pasando a otras noticias: una foto de grupo de la secundaria que subí al facebook provocó que varios ex-compañeros, que yo creía raptados por los ovnis, reaparecieron. Tratan de ponerse de acuerdo para reunirse, pero aun tengo fresco en la memoria la última vez que intentamos reunirnos para ir al boliche y solo fuimos como seis (la mayoría aun nos seguíamos viendo porque estábamos en la misma prepa) y terminamos turisteando en el casino del centro comercial y comiendo nieve, en espera de que llegaran más. Ya les mantendré informados de lo que resulte de todo esto.

En otras noticias... me entró la loquera y me pinté pokebolas en las uñas.

¿No son geniales?

También, de camino al sushi, me topé con este curioso local:

 ¿La expresión la dirán después de comer por lo rico de la comida o por lo mala?

Y eso fue todo por hoy pequeños. Rían, gocen y bañense. Lean La sombra del viento, muy buen libro. No sean ojetes, leanlo.

Cambio y fuera.

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