miércoles, 17 de marzo de 2010

Música II

Mucha tarea ayer... continuo.

A primera vista me pareció muy guapo y ya escuchándolo tocar me gustó más. Probablemente algunos piensen que solo me gustó porque toca el piano, pero en realidad eso solo fue lo que hizo que supiera quién era y lo que centró mi atención en él. Después de conocerlo supé que también me gustaba su forma de ser y no solo su pasatiempo.

Me olvidé completamente del tipo que me despreciaba porque solamente tenía ojos para J.A., y cuando terminó de tocar me paré a aplaudirle como loca.

Mi amiga se levantó y fue a platicar con el tío de J.A. y yo me moría de la envidia pensando que terminarían presentándolos mientras yo me quedaba en las sombras.

En fin. Terminó el showcito y él resultó ganador de esa categoría (para luego ser derrotado a nivel estatal por un tipo que tocaba la batería) y todos se acercaban a felicitarlo, así que no me quedé con las ganas y le dí un abrazo y le dije "felicidades", y ya.

Saliendo del auditorio simplemente no podía dejar de pensar en él y de encontrar la forma de que también supiera que existía y que me gustaba.

Los días siguientes, en la escuela, él se dedicaba a ensayar en el salón de artística rodeado siempre de un grupito de niñas. A mí me entretenía mucho escucharlo, aunque no me atrevía a entrar al salón y solo me quedaba afuera a escuchar.

Quería que me notara y sé que algunas veces él me miraba durante el receso, entre clases y en los honores (lo sé porque él me lo confeso tiempo después: dijo que me reconocía por el listón verde que a veces me ponía en el cabello). Acabé enviandole una carta diciéndole lo que sentía y pidiéndole que me respondiera si yo también le gustaba y en caso contrario que me regresara la carta. No lo hizo: no me respondió ni me regresó la carta, pero una semana después, aparentemente, tenía novia.

Nunca lo llegué a comprobar, solamente era una sospecha mía. Bueno, ahora ya no tiene importancia; el caso es que le pedí a una amiga que fuera con J.A. y le pidiera de regreso mi carta, pero negó que alguna vez recibió una.

Ya me había decidido a olvidarme del pianista guapo cuando -¡ooooh, ironías de la vida!- fui a la fiesta de XV de la tipa que me zarandeo ^-^' junto con mi amiga C donde él, precisamente, resultó ser el chambelan de honor y primo de la zarandeadora.

Se veía muy bien con traje y todo. Sencillamente irresistible.

Comenzó la fiesta y el baile y C y yo nos dirigimos a la pista junto con otras amigas. Bailamos un rato en grupo y entonces llegó él y me invitó a bailar: acepté encantada.

Me sentía como en sueños y luego me pidió que nos sentaramos un rato a platicar. Hablamos un poco sobre nosotros y así, hasta que llegó el momento esperado, cuando hizo la pregunta que me dio tanta alegría responder: "¿quieres ser mi novia?"

Lo único que recuerdo entonces fue la sensación de haber perdido un gran peso causado por el rechazo del tipo aquel y en cambio me sentía ligera porque flotaba de felicidad. Nos abrazamos por largo rato, hasta que encendieron las luces y acabaron con el encanto.

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Mañana el final.

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